sábado, 26 de julio de 2014

Día 15

Miércoles 6 de Noviembre:

Algo no pinta bien. Madame ha vuelto de su viaje de negocios. Consiguió un papel en una nueva película y estará filmando durante unos meses. Y resulta que quiere hacer una fiesta para festejar su regreso a la pantalla grande y de paso presentarme ante la sociedad. ¿Quéeeee? No necesito presentaciones y menos con esa gente tan falsa que abunda en el medio de la fama y la actuación.
Estoy muy molesta pero como es de costumbre no pude reclamarle nada a madame. Su sola presencia me inspira un poco de temor. Chase tampoco parece feliz con la idea, me dio una mirada de cansancio al oír el tema, le comprendí de inmediato.
Más tarde en el club deportivo a solas pudimos hablar del tema.
—Mi madre adora esa clase de eventos rimbombantes.
—Se nota. No quiero ser parte de ello.
—No puedes decirle que no. Además quiere presentarte con la gente famosa.
—¿Habrá alguien interesante ahí?
Chase pensó un momento mirando al cielo.
—Los amigos de mi madre, un tercio son de su edad y otros tantos que bordean los cuarenta. Así que ya te imaginas.
—¡Qué fiestecilla!
—Pero tal vez consigas algo, un papel pequeño en un videoclip, una aparición en una revista. Eres muy guapa, algún caza talentos podía ponerte un ojo encima.
Me ruboricé.
—No, esas cosas no son para mí. Ni siquiera me imagino actuando o posando. ¡Ay no!
Deslizó un brazo por encima de mis hombros.
—Tranquila, es sólo una posibilidad. Nadie va a obligarte.

/*/*/*/*Por la tarde/*/*/*
A pesar del tema de la fiesta y todo ello hay algo que me preocupa más. La inesperada y rápida cercanía que he tomado con Chase. Ahora es como si pudiéramos comunicarnos con sólo una mirada  y él está muy amable y nada molesto desde entonces. Esto es muy raro. Quiero creer que lo que dijo la noche de Halloween  es verdad pero muy en el fondo tengo miedo. Tengo miedo de dejarme llevar y empezar a sentir cosas hacia Chase que tal vez jamás se hagan realidad. ¿Tú le creerías? ¿Qué harías en mi lugar? ¡Estoy tan confundida! ¡ALGUIEN AYÚDEME!
En momentos como este desearía tener un detector de mentiras, una bola de cristal, algo que pudiera garantizarme los sentimientos de Chase hacia mí. Algo que indique que este no es otro de sus juegos.
/*/*/**/* Por la noche/*/*/*
Madame llegó temprano a casa y  para variar cenó con nosotros. Está de muy buen humor aparentemente la fiesta la ha animado. Pero a la vez tiene mil preocupaciones. Su teléfono móvil no ha parado de sonar y hasta Ian está ocupado con las reservaciones del catering y todo lo correspondiente al evento. Empiezo a ponerme nerviosa, creo que necesito algunos consejos de Chase, después de todo él debe haber participado de estos eventos alguna vez.
Luego de la cena y ya en pijama llamé a su puerta.
—¿Puedo pasar?
—Claro, adelante.
Chase estaba vistiendo un pijama color gris de algodón con una camisera blanca con mangas grises. Tumbado en su cama ojeaba una revista de autos.
—¿Pasó algo?
—Estoy un poco nerviosa por la fiesta.
Se sentó en la cama viéndome fijamente.
—No es la gran cosa. Si no sabes qué decir quédate muda. Si mi madre te llama para  presentarte con alguien síguela, sonríe y no te acerques demasiado a esos ancianos. Algunos son un poco libidinosos.
Sonreí ante el último consejo.
—Gracias, es bueno saber que no será tan difícil.
—¡Ánimo! ¡Tú puedes Meg! Estaré ahí si me necesitas — terminada la frase depositó un beso en mi mejilla. Me alejé de él tan rápido como pude.
—Gra…cias  por los consejos. Buenas noches— tartamudeé mientras escapaba de su habitación.
—Buenas noches Meg. — respondió animadamente.
Cerré la puerta a mis espaldas e intenté mantener bajo control el ritmo de mi respiración.

No Meg, no puedes ponerte nerviosa por eso. ¡Tienes que controlarte! ¡En que rayos estás pensando! ¿Enamorarte de Chase Marshall? Estoy mal de la cabeza. Eso debe ser. ¿Tú te dejarías llevar?



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